TIPOS DE PLACER ¿CUÁLES EXISTEN?
Cuando pensamos en placer de inmediato se nos viene a la mente “placer sexual” esos toques que unidos desencadenan una serie de sensaciones en nuestro cuerpo y mente, que son muy excitantes tenerlas.

Lo que muchos no conocen es que el placer está en todo; es todo aquello que disfrutas, con lo que sientes bienestar y armonía, bien sea sexual o no. Si te gusta cocinar, conducir, cantar, ejercitarte o tejer y con hacerlo sientes coherencia contigo, eso es placer. Son acciones que realizas diariamente y te generan bienestar y paz contigo misma.
La importancia de saber los tipos de placer que gozas, es entender esas sensaciones placenteras que relajan tu cuerpo, además que te generan una sensación de armonía.
¿Cómo entender qué tipo de placer siente mi cuerpo?
El placer tiene una condición innegociable para que puedas disfrutar de él. ¡Todo lo que te genere placer tiene que ser consentido! Es decir, tiene que pasar por tu aprobación, porque no se disfruta de aquello que haces por obligación o condescendencia con otra persona.
En otras palabras, ¡tu placer es tu elección! Por lo tanto, es tu responsabilidad construirlo y reconstruirlo.
Hay distintos tipos de placer, existe el físico: el producido por el gusto o placer gastronómico; el tacto producido por el placer sexual, el placer auditivo (música) el placer visual (arte), el olfato (fragancia deliciosa).
¿Qué características componen el placer?
Disposición: El disfrute no va a llegar como por arte de magia una noche de viernes después de una semana larga de trabajo sin que tú lo estés buscando, ni es un interruptor que puedes accionar. Es fundamental que quieras lograrlo, que te comprometas.
Constancia: Cuando identifiques cómo es que tu cuerpo disfruta sola o en pareja, no tendrás la fórmula secreta de por vida. La sexualidad es cambiante y, en especial el erotismo, es dinámico y diverso, por lo que siempre aparecerán cosas nuevas que explorar, estímulos que pasarán de moda para ti, e ideas divertidas por intentar.
Creatividad: Como nos pasa en casi todo, nos aburrimos de tener o hacer siempre lo mismo. Nos gusta lo variado, lo diferente y disfrutamos las sorpresas. Así mismo percibe tu cuerpo el placer, el factor novedoso es uno de tus mejores recursos.
¿Cómo construir tu placer sexual?
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Juega con tus sentidos
Recuerda que el órgano más extenso que puede generar mucho placer es tu piel, así que tienes un largo camino por recorrer. Juega con velas para masajes, las mismas que no simplemente acariciaran tu piel, porque además jugarás con tu sentido del olfato, ya que tienen aromas deliciosos en combinación con las poderosas feromonas que activan tu libido.
Si deseas activar tu sentido del gusto puedes probar lubricantes de sabores, temperaturas o electrizantes para activar cada zona de placer de tu cuerpo.
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¡Tócate! La masturbación es la respuesta a muchas de las preguntas sexuales que tenemos. A través de ella podemos hacer real en nuestra mente un mapa erótico que marca las zonas más sensibles, las que generan desagrado y las neutras.
Es indispensable que reconozcas tu cuerpo con o sin ropa, que mires con tranquilidad cada uno de tus rincones para que así puedas acercarte a ellos convencida de lo que estás buscando.
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Piensa en tu cuerpo Durante la rutina diaria, trae a la mente cómo es tu cuerpo, cómo lo ves tú (sé realista, no exageres en esos detalles que no son tan grandes como parecen).
Cuando te vayas sintiendo a gusto con esa imagen, comienza a imaginarlo cada vez con menos ropa de manera que puedas reconocer tu piel, recordar caricias que hayas disfrutado y adornarlo con elementos que te ayuden a percibirlo sensual y atractivo para ti (como un traje de gala escotado en la espalda, lencería de encaje con el cabello suelto, un bikini que luzca tu bronceado, tú cubierta por un kimono de seda… en fin, cómo te quieras pensar).
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Mírate al espejo. Eso que estuviste pensando por días, míralo real en tu espejo. Hazlo gradual y ve acercándote a tu desnudez de a poco. Si un día logras pararte frente al espejo, mirarte a los ojos y dar un mirón rápido al resto del cuerpo, ¡súper!.
Quizás otro día estás más decidida y te desvistes frente a ti, ¡genial!. O tal vez un día solo quieres mirarte por la espalda tus caderas, ¡válido! Es tu cuerpo, es tu placer, es TU RITMO.
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Manos a la obra. Tus manos son tu mejor instrumento, con ellas puedes recorrer todos los rincones que tienes. Utilízalas con mucha delicadeza para que no le enseñes a tu cuerpo brusquedad o torpeza; con cada toque que te hagas vas a ir aprendiendo a hacerlo mejor.
Al final del día nadie más experto que tú en tu propio cuerpo. Pasa tus manos por el cuerpo primero con ropa, es más fácil. Acaricia aquellas zonas con las que te sientas cómoda. Hazlo cuando estés sola, en tu lugar seguro y sin interrupciones.
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Hazlo en pareja. Todo lo anterior puede ser para ti sola o para ponerlo al servicio de tu placer en pareja.
Si tienes una, los pasos anteriores te ayudan a tener claridad sobre lo que disfrutas para enseñarle a la otra persona cómo hacerlo y garantizar el éxito. Recuerda que nadie adivina, y tu responsabilidad contigo es indicarle cómo has descubierto lo que tu cuerpo quiere.
Los cambios pueden ser tan sutiles como las posiciones o los horarios, o tan intensos como recrear una fantasía sexual, incluir juguetes o representar roles distintos a los que asumen en la realidad.
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Conclusión
Es importante que tus caricias coincidan con ideas agradables, de tal manera que te sientas a gusto con lo que vas sintiendo. Cada vez que lo hagas busca explorar un nuevo trozo de piel, acercarte más a tu zona genital.
Incluye objetos de texturas o temperaturas que te ayuden a intensificar las sensaciones, como plumas, hielos, cera de velas para masajes o un olor intenso que te ayude a relajarte.
Considera, cuando te sientas más en confianza, incluir un juguete sexual. Con sus vibraciones y secuencias van a ayudarte a intensificar muchísimo tu placer. Encuentra aquí todas las formas y tamaños para que elijas uno que te genere curiosidad y sea ideal para ese tipo de estímulos que ya has descubierto que disfrutas.